domingo, 28 de febrero de 2010

España alegre y faldicorta (Javier Compás)



Hemos recordado frecuentemente, en los últimos tiempos, al autor de “Madrid de Corte a Cheka”, Agustín de Foxá, el cual, por cierto, ha visto reeditada varias de sus obras y agotadas en muchas librerias su gran novela sobre el Madrid rojo, a raíz de la censura ejercida por el Ayuntamiento de Sevilla contra un homenaje que se le quería tributar por el cincuentenario de su muerte. Amigo de Foxá, también escritor y, principalmente, dramaturgo y cineasta, fue Edgar Neville.
Neville, muestra muchos paralelismos con el Conde de Foxá.
Nacido en Madrid en 1899, también fue título nobiliario, Conde de Berlanga del Duero y compartió con Foxá carrera diplomática y también vistió la camisa azul de Falange Española.
Pero no queda ahí sus semejanzas, si además consideramos su inclinación a coleccionar kilos en su generosa anatomía, muestra también Neville un carácter de arrolladora simpatía, extrovertido y dicharachero, amante de la buena vida y muy inclinado a disfrutar de los placeres y lujos que la misma pueda ofrecerle.
Pero más allá de estas similitudes, existen unas más profundas razones para emparejar a estos amigos. Foxá escribió quizás la mejor novela que sobre el Madrid de la Guerra Civil ha visto la luz en la literatura española, de igual manera, Edgar Neville, compuso una historia que tomó cuerpo de película cinematográfica, que también marca un hito en la visión de aquellos terribles momentos.
Su película “Frente de Madrid” no es solo el testimonio excepcional de las duras condiciones en que se libraron los enfrentamientos en la Ciudad Universitaria entre las tropa republicanas y las tropas nacionales, sino un primer y desgarrador llamamiento a la necesaria reconciliación nacional que debería producirse cuando llegara la paz.
El final de la película, censurado por cierto, mostraba el abrazo postrero, en la trinchera, del protagonista y del miliciano enemigo, hermano español, unidos fraternalmente en el trágico final. Una guerra que, para él, había salvado a España, uniendo a sus hijos para siempre, lamentablemente esa unión cada vez parece más en peligro ante la deriva actual de la política española.
No sería la última vez que Neville abogará por la reconciliación nacional. Junto con los camaradas Dionisio Ridruejo y Pedro Laín Entralgo, confiaba en la recuperación del cuerpo de Antonio Machado tras la guerra, cuya obra se había conservado en las bibliotecas del bando franquista.
Edgar Neville llega a pedir desde sus artículos en las páginas de ABC, otra similitud con Foxá, un monumento a los caídos de ambos lados. Actitud acorde con su talante, con esa añoranza de una España donde convivían literatos de opuestas ideologías, amigos suyos fueron, en efecto, Pablo Neruda, Rafael Alberti y José Bergamín, en aquel Madrid de preguerra donde el fundador de Falange Española, José Antonio, tomaba café junto a Federico García Lorca, donde Alberti colaboraba con la revista literaria de Ernesto Giménez Caballero.
Neville añoraba aquel Madrid, como demuestra en su relato “F.A.I.”, sin odios, sin exasperaciones, en el que la gente sonreía. Visión que evocaría en películas como “Mi calle” y que se vería truncada con la llegada del Frente Popular al poder. Lo aclara en el retrato que en su relato “F.A.I.” hace de uno de sus protagonistas, un antiguo y respetable republicano, que observa como el nuevo régimen, tan esperado y que tantas esperanzas de regeneración despertó en tantos españoles, incluidos el propio Neville, degenera en corrupción, violencia, separatismo, y, al fin, revolución bolchevique, el protagonista pasa a creer en el partido al que se afilió Neville, Falange Española, donde están resumidas las aspiraciones que tenían los que creían en la República. Ese mismo personaje declara: “esto no es una guerra civil ni una guerra política; es un caso de justicias y ladrones, son las personas decentes de un país que se sublevan contra los asesinos y los ladrones; eso es todo”.
Edgar Neville estuvo trabajando en Hollywood antes de la guerra, allí conoció y trabó amistad con Douglas Fairbanks, Mary Pickford, Stan Laurel y Oliver Hardy, los famosos el Gordo y el Flaco, y, sobre todo con Charlie Chaplin, con quien mantuvo una amistad muy duradera en el tiempo a pesar de las divergencias ideológicas de ambos.
Además de las citadas “Frente de Madrid” y “Mi calle”, realizó interesantes películas como “La vida en un hilo”, “La torre de los siete jorobados” o “Domingo de Carnaval”, un homenaje a la España del pintor Gutiérrez Solana.
En 1962 portó en sus hombros el féretro de Ramón Gómez de la Serna, en cuya tertulia del café de Pombo se había integrado tras su vuelta de la guerra de África, donde había servido en el regimiento de Húsares en, un ya lejano, 1921.
En 1922 conoce y traba amistad con Lorca, para quien reclamaría un homenaje desde ABC en 1966, y con Ortega y Gasset.
En 1923 inicia su colaboración con la revista Buen Humor, Neville será uno de los protagonistas de la renovación del humor español junto con amigos y colegas como Tono, Miguel Mihura, Jardiel Poncela, con los que conformará la llamada “la otra Generación del 27”.
Edgar Neville creía en una España alegre, donde sus gentes, lejos de las luchas de clases, conviviesen en armonía, fue republicano, pero ante el desengaño de los partidos políticos de la época, encontró sus anhelos en Falange Española, donde vio un proyecto serio y genuinamente español de un afán común para todos de una patria mejor, y bajo las ordenes de Dionisio Ridruejo, colaboró en ese proyecto durante la guerra recorriendo el frente realizando labores de propaganda en radio, cine y publicaciones periódicas.
Con la paz se puso a trabajar por la cultura española y por la reconciliación de sus gentes, y no dejó de sentirse un poco desengañado, como otros buenos camaradas, con el desarrollo del nuevo régimen político. No le gustaba la España estrecha, intolerante y mojigata.
En los últimos años de su vida sigue publicando artículos, escribe poesía y pinta. Atrás deja una amplía filmografía, con películas de ficción y documentales, una carrera teatral de éxito y varios libros de relatos y novelas.
Edgar Neville fallece el 23 de Abril de 1967, un día antes del cumpleaños de José Antonio.
Sevilla, 20 de Febrero de 2010.
Javier Compás Montero de Espinosa.

Ha llegado la hora (Javier Compás)


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El último trimestre del año que acabamos de superar, y más que nunca esa palabra, superar, adquiere su sentido más literal, como digo, en esos últimos meses de 2009, ha tenido una importante repercusión un hecho que, si no hubiese sido por unas circunstancias excepcionales, hubiese pasado con más pena que gloria, por la vida socio cultural de Sevilla y no digamos del resto de España.
Como la mayoría de los lectores sabrán, la Asociación Cultural Ademán de Sevilla, entidad fundada en 1981, organizó, dentro de sus actividades habituales de carácter cultural en la ciudad hispalense, un acto literario que pretendía ser un homenaje al escritor Agustín de Foxá al cumplirse el cincuenta aniversario de su muerte. Contó la Asociación Ademán, para la organización de dicho acto, con el apoyo de la también sevillana, Asociación Cultural Fernando III, ambas entidades no es la primera, ni la última vez, que han colaborado en la organización de un evento de este tipo.
Dada la precariedad económica de ambas asociaciones, se solicitó para la celebración del citado homenaje literario un salón de uno de los centros cívicos que, al servicio de los ciudadanos, mantiene el Ayuntamiento de Sevilla en distintos distritos de la ciudad. Pues bien personados el día señalado y a la hora prevista en el centro cívico concedido por escrito por el área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla, que dirige la comunista Josefa Medrano, se impidió, por parte de los empleados municipales, a organizadores, ponentes, los prestigiosos escritores Aquilino Duque y Antonio Rivero Taravillo, y al público en general, acceder al recinto previamente concedido, sin más explicaciones y sin la comparecencia de autoridad alguna que argumentara dicho despropósito.
Afortunadamente, la benignidad del otoño sevillano, permitió la celebración del acto al aire libre, bajo los árboles del parque donde se encuentra el Centro Cívico Tejar del Mellizo, disfrutando los asistentes de las atinadas palabras de los dos ponentes.
El desafuero tuvo inmediato eco en todos los medios de comunicación locales, en el mismo momento y en las semanas posteriores, pero el Ayuntamiento, lejos de rectificar tan totalitaria actitud de censura literaria, se empecinó en su cerrazón y tanto PSOE como Izquierda Unida, insistieron en justificar lo injustificable, ahondando en su desatino al argumentar, para defender su brutal censura, una demencial interpretación de la llamada ley de Memoria Histórica, ley que está sirviendo a la izquierda española para perpetrar los más increíbles esperpentos en pos de un ánimo revanchista que vuelve a levantar los dormidos odios de bandos antiguamente enfrentados en la sociedad española. El llamémosle asunto Foxá, ha acabado en los tribunales, pues ambas asociaciones culturales han demandado a varios de los responsables municipales por prevaricación e injurias.
Antes de fin de año, en una cita celebrada en el mismo recinto, esta vez sin prohibición alguna, las mismas asociaciones culturales organizadoras del homenaje a Foxá, celebraron otro homenaje literario esta vez a la figura del poeta Leopoldo Panero en el centenario de su nacimiento.
Toda esta introducción me ha servido para justificar la apertura de un espacio, una ventana abierta para airear la cerrada habitación de las brillantes plumas, que como Agustín de Foxá y el mismo Panero, han sido encerradas por la tiranía del poder establecido, de lo políticamente correcto, de los paniaguados del sistema que, llenos de rencor, injusticia e ignorancia, condenan a varias generaciones de extraordinarios protagonistas literarios de la cultura española del siglo XX por el mero hecho de aventurar, en su estulticia, que no coincidían con sus planteamientos políticos, cosa deleznable de por si, que se vuelve más sangrante cuando ni siquiera están informados de las verdaderas idiosincrasias de los desterrados al ostracismo del olvido.
Desde aquí queremos reivindicar obras y autores, hechos y efemérides de grandes españoles que dieron a nuestras artes días de gloria y trabajos dignos de permanecer en los anaqueles de nuestra historia cultural más destacada.
Ha llegado la hora de recuperar esos miembros amputados de nuestra cultura, está loco un pueblo que repudia a sus hijos más ilustres, no me extraña, en esta patria a la deriva, desenraizada de sus más característicos valores, dominada por sectas que repudian lo que desconocen, y que no quieren preocuparse de conocer, que solo quieren agradar a una masa de votantes adeptos, a los que se intenta mantener en la más frívola de las superficialidades, adoctrinados en la más supina ordinariez desde los controlados canales de televisión, adormecidos en una figurada sociedad de bienestar donde, ante la ficción de grandes masas de productos a disposición de todos, la mayoría acaba comprando subproductos en los bazares orientales, donde las marcas se imitan unas a otras y las grandes compañías multinacionales pactan los precios convirtiendo en falacia las supuestas beldades de la competencia comercial.
Impostura que se traslada a todos los campos del vivir cotidiano, alimentos y ropa, transportes e infraestructuras y, como no, en siglas de partidos intercambiables entre ellos. Consumo y moral relajada son los nuevos opios del pueblo que, con la panza llena y atiborrado de canales de televisión y juegos virtuales, malvive para pagar a los bancos los desafueros del sistema capitalista.
La recuperación de obras y personajes que dieron luz a nuestra cultura no será, por tanto, solo un ejercicio de justicia histórica, sino que quiere ser, además, una llamada a las nuevas generaciones para mostrarle un camino de retorno a la senda de nuestra verdadera civilización. Lejos de plasmar antiguos modelos clásicos, querremos fijarnos en espíritus jóvenes que, con afán revolucionario, quisieron cambiar un ambiente decadente en una nueva España, más justa y más libre, no un cerrado con olor a naftalina y muebles viejos, sino, como dijo José Antonio, “una España alegre y faldicorta”.
Ocurrió en España después de la Guerra Civil y ocurre ahora, el sectarismo que todo lo oscurece. Ahora, que, de nuevo, Lorca sirve de coartada para la manipulación cultural e histórica, traemos aquí las palabras del escritor y cineasta falangista Edgar Neville: “La obra de Federico está por encima de los partidos y de las disensiones, es un bien nacional, como la obra de los Machado, de Juan Ramón o de Lope”. Así mismo, hemos de reseñar como Dionisio Ridruejo y Pedro Laín Entralgo, distinguidos falangistas ambos, consiguieron que las obras de Antonio Machado no fuesen desterradas de las librerías de la España Nacional durante la guerra.
En definitiva, nos gustaría recuperar ese espíritu de convivencia ilustrada de pre-guerra, donde se compartían copas en los cafés de moda, donde menudeaban, incluso compartiendo espacios, tertulias de literatos que, si no coincidían en planteamientos políticos, si creían, cada uno desde sus posiciones, en la regeneración de España. Gente de vanguardia, de nuevos planteamientos, de apertura a nuevas formas, de intercambios intelectuales de carácter internacional.
Es la hora de superar ese triste informe aparecido en prensa que dice que el 40% de los jóvenes españoles no lee ningún libro al año, que cerca de medio millón ni estudia ni busca trabajo, que la desesperanza está instalada en nuestra sangre más joven. No queremos viejas estatuas frías, queremos modelos que remuevan conciencias dormidas.
Javier Compás

La ciudad frustrada


Pedro Antonio Curto (Desde España. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)
El ropaje invernal de la ciudad, sus fríos y lluvias, nos colocan ante una serie de dificultades en las que pasear por sus calles con las manos en los bolsillos, hace azuzar nuestros sentidos y agranda nuestras sensaciones. La imaginación puede crecer ante las dificultades. En la novela “El campesino de París”, Louis Aragón nos habla de un paisaje urbano muy visto por el habitante de la ciudad, tanto que éste no puede verlo. Así el escritor francés recrea la mirada del campesino, una mirada original, capaz del asombro y la maravilla. Son los ojos del extranjero, pero de un extranjero que contempla su propia ciudad, las calles mil veces vistas, los lugares comunes de la monotonía habitual de nuestras vidas. ¿Y que puede ver el ciudadano del siglo XXI? Ante todo la ciudad que no existe, la que no es perceptible a nuestros ojos, lo que modernamente podemos llamar ciudad virtual, que puede ser tanto la que fabricamos a través de nuestra fantasía, como la que nos crean y en la que nos encierran.

La urbe actual es un lugar lleno de espejos, los escaparates y paneles publicitarios nos invitan a entrar en lo que es el oficio fundamental de la ciudadanía: ser consumidor. Porque el ciudadano, el votante, y hasta el que participa socialmente, está realizando un ejercicio simbólico que no va a transformar en lo esencial el paisaje urbano, que se rige por otros parámetros. La ciudadanía moderna tiene en apariencia más soberanía sobre el lugar que habita, pero sólo es una ilusión necesaria, porque el ciudadano actual puede tener mayores derechos, posibilidades económicas, comunicativas, culturales...pero se encuentra con una red depredadora como habito de convivencia. Cuanto más grande es la ciudad, más normal es acostumbrarse a ir con el cuchillo entre los dientes. Porque nos han inundado con la teoría de la “competitividad”, abanderada por el neoliberalismo y el postmodernismo como un elemento de progreso, pero en realidad es una forma de depredación social (el hombre es un lobo para el hombre, de Hobbes) donde el todo vale como uno de los valores predominantes, debilita en la practica la calidad de vida común. Y no deja de ser curioso que la era de las comunicaciones, sea la era de la incomunicación; necesitamos de las redes sociales para hablar no ya con un ciudadano que está a cientos de kilómetros, sino con el que vive al lado de nuestra casa. Además esta comunicación se establece cada vez más a través de los estereotipos, de las formas y temas que nos vienen impuestos por un mundo mediático, especialmente el audiovisual. El analfabeto social hoy en día no es quien ignora a Albert Camus o Cervantes, quien no ha contemplado un cuadro de Picasso o escuchado a Mozart, sino quien no está a la orden de los temas futbolísticos o que “pasa” con la nariz de Belén Esteban (conocido personaje del mundo rosa español). Una ciudad donde proliferan terceros y cuartos mundos a nuestro lado, pero de los que sólo nos damos cuenta cuando los contemplamos en la pantalla televisiva.

La ciudad que una burguesía revolucionaria construyese como modelo de progreso social y humano, avanza hacía un abismo de ciudades fantasma cerradas sobre si mismas, dominada por los miedos, tanto los que produce sus conflictos (pobreza, exclusión social, marginación...) como los que nos meten en el cuerpo sibilinamente. No es extraño que la industria de la seguridad sea una de las más florecientes, pues el miedo es uno de los acompañantes esenciales del ciudadano actual. Miedo al otro, miedo al diferente, miedo al futuro, miedo a ser estafado, robado, miedo de nuestros deseos, miedo a la soledad, miedo al miedo. Y la soledad, columna imprescindible de la reflexión para entender el mundo que nos rodea, se ha pervertido por la necesidad de una comunicación banal o se entrega a una consola de videojuegos; eso sí, nos enseña a ser vencedores.

Dice el escritor Mario Mendoza: “Estamos viviendo en ciudades-cáncer donde prolifera lo enfermo y monstruoso, ciudades-máquina que eliminan derechos humanos como si se tratara de una basura maloliente”. Y lo peor es que ni siquiera nos demos cuenta porque esos lugares han creado el espejismo de una belleza estética que contemplamos con pasmoso y pasivo deleite. Pero la belleza, la otra, quizá esté entre las sombras.
Pedro Curto: Escritor español. Autor de la novela “Los amantes del hotel Tirana”.

Del blog Argenpress cultural

viernes, 26 de febrero de 2010

Un concejal se da de baja del PSOE por la ley del aborto

"legitima la muerte de inocentes"
Un concejal se da de baja del PSOE por la ley del aborto
Un concejal del PSOE envió este miércoles una carta a Zapatero y Pajín en la que solicitaba su "baja como militante del PSOE", tras la aprobación de la nueva Ley del Aborto. "Jamás" permitirá que su "nombre aparezca junto al de una organización que legitima la muerte de inocentes".


Europa Press
El concejal del PSOE y segundo teniente de alcalde de Paradas (Sevilla), Joaquín Manuel Montero, envió este miércoles una carta al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y la secretaria de Organización, Leire Pajín, en la que solicitaba que conste su "baja como militante del PSOE" desde ayer mismo, día en el que se aprobó la nueva Ley del Aborto. Además, pone a disposición del partido los cargos electos que ocupa en el Ayuntamiento de Paradas.
En la carta, a la que ha tenido acceso Europa Press, Montero alega que "jamás" permitirá que su "nombre aparezca junto al de una organización que legitima la muerte de inocentes mediante la aprobación de leyes injustas".
El concejal señala que la nueva norma ha sido aprobada "con una ajustada mayoría de voluntades compradas a golpe de concesiones" y agrega que el PSOE ha "obviado el diálogo interno dentro del partido sobre un tema que, no sólo es contrario al humanismo universal que históricamente caracterizó al socialismo, sino que además divide a la sociedad dramáticamente". "Este es un hecho antidemocrático sumamente grave", asevera.
Montero destaca que "la falta de libertad dentro del partido es un signo característico e inconfundible para percibir hasta dónde se han traicionado los valores democráticos que siempre caracterizaron a la Izquierda".
Recuerda que no está en el programa electoral
Según dice, aprendió "de viejos y verdaderos militantes socialistas, que dieron hasta el último aliento de sus vidas por los ideales en los que creían, que 'No hay en nuestros días una afirmación más reaccionaria que la del derecho de una persona sobre la vida del hijo no nacido. Es el derecho de propiedad más absoluto concebible, más allá del derecho del amo sobre el esclavo'".
Igualmente, recuerda que el PSOE no incluyó esta reforma en el programa electoral de las elecciones de 2008 y añade que "en la ponencia marco del XXXVI Congreso Federal tampoco se hacía mención expresa a promover una nueva ley del aborto donde se considerase éste como un derecho". "Hemos engañado al electorado al que representamos", denuncia.
A su juicio, con la aprobación de esta ley "el Partido Socialista Obrero Español da un paso adelante en la conquista de la sinrazón en la que tanto camino tiene recorrido". Según afirma, es "evidente" que el PSOE "no ha sido capaz de conectar con el espíritu socialista de la clase obrera pobre que lo creó".
“Por simple humanismo las personas tienen que defender la vida”

Leer información completa en http://www.libertaddigital.com/sociedad/se-da-de-baja-del-psoe-tras-aprobarse-la-ley-que-legitima-la-muerte-de-inocentes-1276385701/

lunes, 22 de febrero de 2010

Entrevista de Javier Compás en El Mundo (21-02-2010)

'L´ángel del no-res'. La interesante novela de Carles Marín


[Diario de Mallorca] Pese a codearse con gente tan conocida como Concha García Campoy o Manuel Campo Vidal, Carles Marín, oriundo de Felanitx, es un periodista sin ínfulas. Que haberlos, haylos. No va de literato y dice que es "un periodista que escribe". Tras seis años de trabajo, el editor Lleonard Muntaner le acaba de publicar L´àngel del no-res, una historia en cartas que arranca en Mallorca el 28 de julio de 1936, en los primeros días de la Guerra Civil. La novela se centra en las vivencia de Salvador, el protagonista de la novela epistolar, un simpatizante de la Falange que es llamado a filas y debe decidir si se enrola o no en el ejército para luchar en la contienda. El otro protagonista de la obra es su mujer, que es republicana y roja. La tensión está servida, entonces. (...) (Fotografía: Diario de Mallorca)


Leer noticia completa en

viernes, 12 de febrero de 2010

Respuesta de "Petón" a las acusaciones del diario Público


Señor Director:
Su periódico tiene la deferencia de mencionar mi presencia en el homenaje a los Caídos de la División Azul. Efectivamente: allí estuve. Y seguiré estando cada año pues en ese monumento está enterrado mi padre, que fue a Rusia como Dionisio Ridruejo, Luis García Berlanga, Tomás Salvador y tantos otros jóvenes españoles.
Sí canté el Cara al Sol y lo haré cada año, esa tarde en La Almudena. Y si yo falto lo hará mi hermano, que seguramente tendrá que aprenderse la letra. En mi familia llamamos a eso honrar a nuestro padre. No me verá usted cantarlo en un acto político, no soy falangista. Allí estaban su redactor y su fotógrafa, que por cierto casi se estalapiza al subirse a un banco para dominar la panorámica, ahí sí le vino bien que yo anduviera cerca y con reflejos.
Puede matizar su periódico la noticia como lo ha hecho pero permítame que con todos los matices y sus sesgos esté en desacuerdo; aún más cuando relaciona mi presencia con los comentarios televisivos o radiofónicos, como si hubiera relación entre lo que yo cante y lo que yo cuente. Pero algo señor Director, no le voy a consentir a usted ni a nadie: escribe su diario que yo mostré mi "sentimiento franquista". Mejore la documentación y que sus redactores se molesten en leer antes de llegar a la mentira por desidia, frivolidad o interés, o las tres cosas juntas.
Yo estuve dos veces preso por el franquismo cuando aquello no era una broma, peleé contra ese "partido único en la dictadura" y hoy lo volvería a hacer. Creía entonces en la nacionalización de la banca, en la entrega de los medios de producción a los trabajadores y en la reforma agraria, y lo hacía siguiendo a José Antonio, al de verdad, no al que nos mostró el franquismo con la complicidad intencionada de la derecha y la izquierda. Y creía, y creo, en una España de todos, democrática, en paz y saludable convivencia. En la que cualquiera pueda cantar lo que le apetezca y contar lo que le de la gana, sin daño ni fanatismo.
Atentamente
José Antonio Martín Otín (Petón)

jueves, 11 de febrero de 2010




Prelados de la guerra para la paz.

José Mª García de Tuñón Aza

Oviedo, 2009.

Quiere la casualidad, o quizás la Providencia, que llegue a nuestras manos este nuevo libro de José María García de Tuñón, el mismo día que en la prensa sevillana, se da cuenta del traslado de la imagen de la Virgen de la Estrella a su capilla de la calle San Jacinto del famoso barrio de Triana, después de habérsele hecho una magnífica restauración en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
Los que no sean sevillanos, aún estando familiarizados con su famosísima Semana Santa, quizás desconozcan que a la Hermandad de la Virgen de la Estrella le llaman la Valiente, apodo que se ganó por ser la única cofradía de nazarenos que tuvo el valor de hacer estación de penitencia en la Semana Santa de 1.932, ante el ambiente hostil y violento que, desde el advenimiento de la IIª República, la izquierda había propiciado contra el Cristianismo, victima de ese odio antirreligioso fue, por poner un cercano motón de muestra, la imagen de la Virgen de la O, venerada en una cercana parroquia de la de la Estrella y que fue salvajemente incendiada, como otras muchas valiosas y veneradas imágenes sevillanas, así como templos y enseres en distintos barrios de la ciudad.
Y traemos esto a colación porque vuelven los españoles por los mismos peligrosos senderos del anticlericalismo visceral y el ataque a nuestras raíces culturales, propiciados desde el poder actual para agradar a sus votantes más radicales.
Es por tanto oportunisimo este libro de García de Tuñón, que recoge seis amplias semblanzas de otros tantos prelados españoles, en aquellos convulsos y peligrosos años treinta del pasado siglo de nuestra historia. Años republicanos en que no solo se atacó a las posesiones materiales de la Iglesia, sino a sus mismos representantes, intentando extirpar de España todo rastro de cristianismo.
El escritor, en un ameno y documentado texto, nos ilustra, en varios casos, de la valentía de unos representantes de la Iglesia Católica, que optaron por el bando que les defendió, por el bando que defendió la integridad de España, la religión y la misma vida de los religiosos que, por cientos, fueron asesinados vilmente durante la IIª República y la Guerra Civil.
El mismo Papa, Pío XII, tras la victoria del bando nacional, felicita a los vencedores y da gracias a Dios, con inmenso gozo, por el triunfo sobre el ateísmo materialista de los enemigos de Cristo y la defensa de los ideales de la fe y de la civilización cristiana.
Por las páginas del libro irán desfilando las vidas y obras del cardenal Pedro Segura, el cardenal Isidro Gomá, el cardenal Vidal i Barraquer, el obispo Pla y Deniel, el obispo Mateo Múgica y el cardenal Herrera Oria, todos con sus luces y sus sombras, unos viviendo esos años desde el centro del huracán, otros desde la distancia del país extranjero. Con sus peculiaridades, con sus rivalidades incluso, como la de Gomá y Vidal y Barraquer, con visiones contrapuestas de los hechos que tuvieron que vivir como cabezas de la Iglesia española en los años más difíciles, hasta ahora, de su historia.
En aquel infausto holocausto fueron asesinados 6.841 miembros del clero y, como bien señala en su prólogo Ángel Garralda, sin una sola apostasía.

CASO FOXÁ

Sevilla, 10 feb (EFE).- La Policía de Sevilla ha certificado quelas asociaciones promotoras del homenaje a Agustín de Foxá "notienen vínculos ni ideología franquista, racista o xenófoba", por loque el abogado denunciante ha pedido a la juez que impute a las dosconcejales que les atribuyeron tal comportamiento. Fuentes del caso han informado a Efe de que la Brigada de PolicíaJudicial, en un informe solicitado por la juez de instrucción 6, hacertificado que, una vez consultadas todas sus bases de datos, lasasociaciones culturales Ademán y Fernando III no tienen "vínculos nirealizan actos de ideología o apología franquista, racista oxenófoba". El informe se ha producido dentro de la denuncia de ambasasociaciones por la negativa del Ayuntamiento de Sevilla a ceder unlocal municipal para un homenaje al escritor Agustín de Foxá, enoctubre de 2009, que los responsables municipales justificaron porsu pasado franquista y por respeto a la Ley de la Memoria Histórica. La juez a quien ha correspondido la denuncia ha citado el próximo17 de mayo, como testigo, a la directora del Centro Cívico El Tejardel Mellizo, donde se iba a celebrar el acto, pero en cuanto a lasconcejalas Josefa Medrano (IU) e Isabel Montaño (PSOE) únicamenteles notificó la denuncia a los efectos del artículo 118 de la Ley deEnjuiciamiento Criminal. Dicho artículo prevé notificar al interesado "la admisión dedenuncia o querella y cualquier actuación procesal de la que resultela imputación de un delito" al objeto de que puedan articular mediosde defensa si lo desean. Ahora, sin embargo, los denunciantes piden a la juez que cite aambas como imputadas, a la vista de su declaración ante la Policía. Según dicho informe, Medrano, asistida de letrado, declaró a laPolicía que "ella dedujo que se iba a producir una apología delfranquismo", y Montaño, también asistida de abogado, mantuvo que losconvocantes "pretendían exaltar los valores del franquismo", y quela prohibición tenía por objeto "cumplir la Ley de Memoria Históricaque prohíbe la exaltación de los valores del franquismo". Los denunciantes añaden en su escrito que la propia Montaño acusóante los medios de comunicación a Ademán de ser "una formación deconocido carácter ultraderechista". El abogado José Manuel Sánchez del Aguila, en nombre de Ademán,asegura que denominar "ultraderechista" a una asociación es "unaexpresión socialmente afrentosa y grave, pues la opinión pública larelaciona con grupos de carácter violento y xenófobo". Por ello, considera demostrada la existencia de los delitos deprevaricación y contra las libertades públicas, y en el caso deMontaño otro del artículo 510 del Código Penal al "difundirinformación injuriosa contra una asociación en relación a suideología"

domingo, 7 de febrero de 2010

MUÑOZ MOLINA DESCUBRE A RUANO (ABC 6-2-2010)

Muñoz Molina descubre a Ruano

IGNACIO RUIZ- QUINTANO
Sábado , 06-02-10
De joven, para hacerse notar, César González-Ruano va al Ateneo y grita que el Quijote es una bobada. «A González no le gusta Cervantes», titulan al día siguiente los periódicos.
Antonio Muñoz Molina descubre ahora a Ruano: como escritor, que es una cosa que no hacía falta, y como fascista, que es una cosa que todo español llama a quien no piense como él, con lo que fascistas siempre son los otros.
Ruano no tiene nada de Muñoz. Tuvo motivos para ser fascista, y no lo fue; los dio para ser académico, y tampoco lo fue. Pero España sigue haciendo académicos y fascistas sin motivo.
Ruano es un dandy que admira la independencia de un Valle-Inclán carlista frente a los alfonsinos; aristócrata frente a la greña jacobina; católico frente al ateísmo del Ateneo; republicano frente a Primo; y frente a la República que suspende los diarios, conservador. O sea, otro fascista.
-Mire usted, querido Ruano: usted me estima y yo le correspondo, pero son tiempos de pocas bromas y usted tiene fama de fascista -le dirá el pizpireto de los Machado, Manuel, cuando a todos se les echaba encima el 36-. De modo que le agradeceré que no se muestre tan efusivo conmigo en público, porque yo soy un republicano que está con el pueblo.
-Descuide, usted, Manolo... Ni en público ni en privado. Por mí puede usted irse a la mierda.
Ruano entra en la República como republicano feroz. Reportea para el «Heraldo» la quema de conventos con una sorna francamente progresista. Encarcelan a Juan Ignacio Luca de Tena, propietario y director de ABC, acusado de matar a un taxista que se negaba a dar vivas al Rey. La Justicia no sostiene el disparate, pero el Gobierno, que quiere al periódico cerrado, sí. Y Ruano visita en la cárcel a Luca de Tena, y le dice que, con su encarcelamiento, ha dejado de ser republicano. Al contrario que todos, Ruano se hace monárquico al caer la Monarquía, y en las visitas a los cementerios románticos organizadas por Foxá, ante el ataúd abierto de un vizconde galo muerto en Madrid después de la Revolución francesa, grita:
-Monsieur le Vicomte, vive le Roi!
Amenazado de muerte por los «chíbiris» del Lenin español, Ruano contrata a un guardaespaldas para transitar por lo que queda de República. El 18 de Julio lo sorprende en Roma con Raquel Meller, mientras los progresistas lo buscan en Madrid para asesinarlo. De ABC caen dieciocho escritores, y más de cincuenta obreros del taller. El asesinato de Manuel Bueno le atraviesa el alma.
-Cerraba los ojos, doloridos sólo de imaginarlo a él, tan aprensivo, tan delicado, tan dandy, muriendo a empujones y golpes de aquella canalla vil en la que su ingenuidad no quiso creer... «Aquí, Ruanito, no pasa nada. Y aunque pase, ¿quién quiere usted que se meta con gentes como usted y como yo? ¿Hay seres más inocentes?»
Menudo fascista, Manuel Bueno.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Aquilino Duque en la R. Academia de las Buenas Letras de Sevilla.

El domingo día 21 de febrero, a las 12 horas, la Real Academia Sevillana de Buenas Letras celebrará una sesión necrológica en memoria del P. José Mª Javierre, en la que intervendra el escritor sevillano Aquilino Duque.
La sesión es de carácter público.

Sede: c/ Abades, 14. Casa de los Pinelo. 41004-Sevilla.

«ME ALEGRA QUE NO HAYAN DADO CON MI TÍO» Artículo de Javier Castro-Villacañas en El Mundo

«ME ALEGRA QUE NO HAYAN DADO CON MI TÍO»
LO DICE Vicenta Fernández-Montesinos, una de los seis sobrinos vivos de Lorca. En su fosa no hay nadie. 'Crónica' ya adelantó que el cuerpo pudo ser desenterrado

JAVIER CASTRO VILLACAÑAS (20-12-09)


EN FAMILIA. Lorca, en 1935, con sus sobrinos Manuel (izqda.) y Vicenta. Ella, a sus 78 años, es la mayor de los seis sobrinos vivos del poeta.
Huerta de San Vicente, verano de 1935. El instante que ha fijado la fotografía recoge la imagen de Federico García Lorca vivo y feliz en compañía de dos niños: Vicenta y Manuel Fernández-Montesinos García. Son sus sobrinos, hijos de su hermana Concha y su cuñado Manolo. La niña acaba de cumplir 5 añitos, y su hermano tan sólo es un año menor. El gesto tierno de Vicenta (Tica) agarrando a su tío por el brazo con las dos manos simboliza, además del cariño de una niña hacia un familiar tan cercano, un intento de retener junto a ella a alguien que desaparecería para siempre un año después. Manuel Fernández Montesinos, padre de las dos criaturas y alcalde de Granada, fue fusilado el 16 de agosto de 1936 en las tapias del cementerio de esta ciudad junto a varios concejales y militantes socialistas. Apenas dos días después tuvo lugar la caza, captura, fusilamiento y desaparición del tío Federico.

Setenta y tres años después, sólo nos quedan las emotivas palabras de la mayor de los sobrinos del poeta. Tica Fernández Montesinos no se ha podido contener, ni ser más sincera en sus declaraciones a Crónica: «Estoy personalmente contenta de que no se hayan encontrado los restos de mi tío».

La búsqueda de los restos mortales de Federico Garcia Lorca no ha tenido éxito. El viernes, la consejera de Justicia de Andalucía, Begoña Álvarez, se daba por vencida y declaraba finalizadas las labores de localización de los restos del poeta en la fosa de Alfacar en Granada. «No se ha encontrado ningún resto humano», han reconocido los responsables de la excavación. La recuperación del cadáver del autor de Poeta en Nueva York se había convertido en un paradigma dentro de la aplicación de la llamada Ley de Memoria Historia. En contra de todos los pronósticos, la expectación generada por los políticos ha pinchado en roca.

Los herederos del poeta siempre se mostraron contrarios a la realización de estos trabajos. Para el otro niño que aparece en la foto, el hoy casi septuagenario Manuel Fernández-Montesinos, «lo que hay que hacer con Lorca es leerlo y saber por qué está en una fosa común». «No nos parece necesario exhumar tumbas para saber que los generales levantiscos eran unos criminales».

EL ÚLTIMO VIAJE

Al igual que sucedió con la mayoría de las familias españolas, la Guerra Civil marcó para siempre el destino de los Lorca. «No quiero volver a este jodido país en mi vida», sentenció Federico García Rodríguez, padre del poeta, al despedirse para siempre de España en 1940. Cinco años después moría en Nueva York. Su mujer, Vicenta Lorca Romero, regresó a España en 1951, falleciendo en Madrid en 1959. Nunca quiso regresar a su Granada. Junto a Federico, que fue el mayor, tuvieron otros tres hijos: Francisco, Concha e Isabel García Lorca.

La guerra, el exilio y el regreso a la España de Franco no fueron las únicas desgracias para la familia. En 1956 fallecía en accidente de automóvil Concha García Lorca, precisamente cuando se dirigía desde Madrid a la localidad de Fuente Vaqueros. Del matrimonio entre Concha y Manuel Fernández-Montesinos nacieron tres hijos: Vicenta, en 1931 (publicó recientemente un libro Notas deshilvanadas de una niña que perdió la guerra); Manuel, en 1932 (fue senador socialista por Granada en 1977 y es portavoz de la comunidad de herederos del poeta. En 2008 publicó su biografía Lo que en nosotros vive) y Concha (quien vino al mundo en 1936, unos meses después de ser asesinado su padre, y que estudió arquitectura).

Francisco García Lorca, hermano de Federico, fue escritor, profesor y crítico literario. Se casó en 1944 en EEUU con Laura de los Ríos Ginés (hija de Fernando de los Ríos y de Gloria Ginés) y tuvieron tres hijos: Gloria, en 1945 (pintora); Isabel, en 1947 (actriz y bailarina) y Laura, en 1954 (estudió arte dramático en Nueva York y es la actual presidenta de la Fundación García Lorca). La hermana pequeña de Federico, Isabe, fue la primera presidenta de la Fundación, pero no tuvo descendencia. Murió en Madrid en 2002.

La saga de los García Lorca ha tenido siempre fama de ser gente con mucho carácter y, quizá por eso, jamás han dejado de controlar directamente su pasado. Quizá por ello, también han gestionado de manera muy privada muchos de sus recuerdos. Empezando por su patrimonio. Desde Nueva York y durante la década de los 40 fueron sus padres quienes tramitaron la declaración de herederos del poeta para poder repartir su herencia y gestionar los derechos de autor sobre sus obras. Para ello tuvieron que conseguir un certificado de defunción fechado en Granada el 21 de abril de 1940 que suponía un mero trámite legal, ya que los dos testigos que afirmaban haber visto el cadáver de Federico el día 20 de agosto de 1936 eran, en realidad, el alguacil del juzgado y el primer escribiente del mismo. Una mentira más dentro de una versión oficial plagada de oportunas cortinas de humo.

Esta visión patrimonialista de la familia de Federico respecto de la herencia del poeta ha sido muy criticada, sobre todo durante los últimos años, a partir de que se abriera la posibilidad de localizar sus restos. Ian Gibson, su biógrafo más conocido y, a día de hoy, también el más afectado ante la falta de éxito de las excavaciones, no ha cesado de criticar la actitud de los herederos de Lorca y su negativa para encontrar su cadáver. Este comportamiento «obstruccionista», para muchos no suficientemente explicado, es lo que ha alentado todo tipo de teorías, muchas de ellas verosímiles, respecto al conocimiento que tendría la familia en relación con un desenterramiento del poeta ocurrido después de su fusilamiento. [Ver Crónica del domingo 13 de diciembre de 2009].

Sin embargo no siempre la familia ha permanecido unida en relación con este asunto. En septiembre 2008, los seis herederos de Lorca dieron un giro radical a su postura de oposición y, tras una reunión celebrada en la Residencia de Estudiantes, determinaron aceptar el derecho de las familias de dos de los tres compañeros de martirio de su tío (Dióscoro Galindo y Francisco Galadí) para que se abriera la fosa donde, supuestamente, estarían enterrados junto a Federico. Posteriormente, Manuel Fernández-Montesinos criticó el intento de Baltasar Garzón de abrir desde la Audiencia Nacional la fosa de Alfacar, calificando de «profanación» esta iniciativa. Cuando en 2009 la Junta decidió tomar el relevo y liderar esta iniciativa, los Lorca no dieron su brazo a torcer, calificaron de «circo mediático» todo lo que se iba a organizar, pero finalmente accedieron a la búsqueda de los restos mortales con la condición de que, en caso de encontrarse, no se identificara el cadáver de Federico ni se moviera jamás de ese lugar donde, en teoría, había permanecido más de siete décadas.

Para muchos, el desenlace de esta historia ha venido a dar la razón a los herederos del poeta: la excavación compulsiva de las seis fosas de Alfacar ha dañado la memoria del poeta. Antes se contaba con un lugar de culto, recuerdo y reivindicación, mientras que ahora lo que se tiene es un parque agujereado que lleva su nombre, además de muchas incógnitas que se multiplican respecto a lo que en realidad pudo suceder antes y después de su asesinato.

Mientras que los familiares de los fusilados junto a Lorca han reconocido estar desilusionados al no hallarse ningún tipo de restos, los sobrinos de Federico no disimulado su particular satisfacción ante un desenlace tan vacío. Este jodido país, que diría seguramente el padre del poeta, no deja en paz a los vivos, ni a los muertos más sagrados.