jueves, 11 de febrero de 2010




Prelados de la guerra para la paz.

José Mª García de Tuñón Aza

Oviedo, 2009.

Quiere la casualidad, o quizás la Providencia, que llegue a nuestras manos este nuevo libro de José María García de Tuñón, el mismo día que en la prensa sevillana, se da cuenta del traslado de la imagen de la Virgen de la Estrella a su capilla de la calle San Jacinto del famoso barrio de Triana, después de habérsele hecho una magnífica restauración en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
Los que no sean sevillanos, aún estando familiarizados con su famosísima Semana Santa, quizás desconozcan que a la Hermandad de la Virgen de la Estrella le llaman la Valiente, apodo que se ganó por ser la única cofradía de nazarenos que tuvo el valor de hacer estación de penitencia en la Semana Santa de 1.932, ante el ambiente hostil y violento que, desde el advenimiento de la IIª República, la izquierda había propiciado contra el Cristianismo, victima de ese odio antirreligioso fue, por poner un cercano motón de muestra, la imagen de la Virgen de la O, venerada en una cercana parroquia de la de la Estrella y que fue salvajemente incendiada, como otras muchas valiosas y veneradas imágenes sevillanas, así como templos y enseres en distintos barrios de la ciudad.
Y traemos esto a colación porque vuelven los españoles por los mismos peligrosos senderos del anticlericalismo visceral y el ataque a nuestras raíces culturales, propiciados desde el poder actual para agradar a sus votantes más radicales.
Es por tanto oportunisimo este libro de García de Tuñón, que recoge seis amplias semblanzas de otros tantos prelados españoles, en aquellos convulsos y peligrosos años treinta del pasado siglo de nuestra historia. Años republicanos en que no solo se atacó a las posesiones materiales de la Iglesia, sino a sus mismos representantes, intentando extirpar de España todo rastro de cristianismo.
El escritor, en un ameno y documentado texto, nos ilustra, en varios casos, de la valentía de unos representantes de la Iglesia Católica, que optaron por el bando que les defendió, por el bando que defendió la integridad de España, la religión y la misma vida de los religiosos que, por cientos, fueron asesinados vilmente durante la IIª República y la Guerra Civil.
El mismo Papa, Pío XII, tras la victoria del bando nacional, felicita a los vencedores y da gracias a Dios, con inmenso gozo, por el triunfo sobre el ateísmo materialista de los enemigos de Cristo y la defensa de los ideales de la fe y de la civilización cristiana.
Por las páginas del libro irán desfilando las vidas y obras del cardenal Pedro Segura, el cardenal Isidro Gomá, el cardenal Vidal i Barraquer, el obispo Pla y Deniel, el obispo Mateo Múgica y el cardenal Herrera Oria, todos con sus luces y sus sombras, unos viviendo esos años desde el centro del huracán, otros desde la distancia del país extranjero. Con sus peculiaridades, con sus rivalidades incluso, como la de Gomá y Vidal y Barraquer, con visiones contrapuestas de los hechos que tuvieron que vivir como cabezas de la Iglesia española en los años más difíciles, hasta ahora, de su historia.
En aquel infausto holocausto fueron asesinados 6.841 miembros del clero y, como bien señala en su prólogo Ángel Garralda, sin una sola apostasía.

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