viernes, 2 de julio de 2010

EN PIE, DIVINA LEGIÓN. Novela de Ramón de España


Álvaro Cortina Madrid
Ramón de España. EL MUNDO
"Estamos rodeados de moralistas que viven como Dios. Estoy harto de pepitos grillos. Los que crecimos detestando la derecha, con la izquierda nos hemos llevado un montón de bofetadas. Ahora la izquierda es inanidad e incompetencia", explica a ELMUNDO.es Ramón de España. Estas palabras tienen una marca generacional, como su última novela, de elocuente título: 'El millonario comunista' (editorial Duomo).
"El tema central es una vuelta de tuerca contra la memoria histórica". Palabra del autor. De España es tierno con sus personajes (quizá porque algo tienen de él) y al mismo tiempo les sacude con saña. Acción: Barcelona, un productor de 'cine de calidad' (o 'cine cultural', o 'cine de autor' si se quiere) llamado Víctor Gálvez de nombre (el millonario del título), quiere rodar una película 'Para la libertad'. Quiere contar su pasado (comunista y falseado) en tiempos de Franco.
"Si ves al señor capitalista del puro de los cuadros de George Grosz, sabes a lo que te expones. Pero la figura del progre antifranquista es la que de verdad me tiene muy harto. Gente que son parte del problema y no de la solución". Gente (insistimos) de la generación de R.d.E.: los viejos heroísmos, las viejas cárceles. "Es que con el pasado a la gente en este país se le ha ido la olla. Ha habido una guerra de esquelas, una memoria histérica más que histórica".
'El millonario comunista' es la novena de las narraciones largas del autor, que la integra en un cuerpo conjunto de sátira nacional, social, de costumbres. "El mío es un humor bastante fatalista, y siempre he tenido a gala reírme de mí mismo también. Pero es una vía (la comedia y la tragicomedia) que sigue una tradición". El autor (también director de cine) cita títulos de Berlanga para confirmar lo dicho. Y, de hecho, su libro manifiesta una cinefilia aguda.
Estamos hablando de una ficción en la que un productor mueve a un director, Dupont, 'de culto' a llevar a escena su memoria histérica particular. Pero se extiende De España a otras gentes y a otros ámbitos. Así, por ejemplo, el periodismo cultural. Óscar Ortiz, el columnista y novelista fracasado tiene un papel central. Él inventa el título del libro y él ataca al pobre Gálvez (pues a pesar de la aversión, le da pena), aunque tampoco él se salva. De España considera que ni él mismo se salva de su befa. Puede ser, miren.
Este proyecto de novelas espera ir derribando (hasta la décima, que cerrará el conjunto) los bolos de toda la tipología social española. Ahora toca a la guerra de esquelas, con un estilo rápido, que se bebe. Y un fondo (personal y generacional) bastante cabreado, que sólo se digiere riendo. O suspirando. Suspiros de España, en fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario