Columnas / al cabo de la calle
martes, 28 de junio de 2011
LECTURAS IMPRESCINDIBLES PARA ESTE VERANO
Columnas / al cabo de la calle
lunes, 27 de junio de 2011
A vueltas con la Galubaya Divisia en ABC
Por su interés, reproducimos un nuevo artículo de Juan Manuel de Prada en ABC sobre la División Azul
He leído casi todo lo que se ha publicado sobre la División Azul, que tengo por uno de los episodios más heroicos de nuestra historia
Llamativo, sobre todo, porque no fue un episodio precisamente marginal: más de 46.000 jóvenes españoles se alistaron en la División Azul, de los cuales más de 5.000 resultaron muertos en acciones de combate, y casi nueve mil heridos de diversa consideración; se trata, pues, de un acontecimiento bélico de primera magnitud, que inevitablemente ha tenido que dejar una huella honda en infinidad de familias españolas que deberían sentirse orgullosas de sus antepasados.
Creo que fue aquel uno de los episodios de nuestro cautiverio de que más orgullosos podemos estar los prisioneros españoles», concluye Calavia. Mientras lo leía, yo también me sentí orgulloso de ser español, como aquellos sufridos divisionarios.
MAS SOBRE EL SEGUNDO TOMO DE LA BIOGRAFIA DE CERNUDA DE RIVERO TARAVILLO
http://www.abcdesevilla.es/20110626/cultura-libros/sevi-antonio-rivero-culmina-biografia-201106252121.html
miércoles, 22 de junio de 2011
El largo exilio de Cernuda
Galardonado con el XX Premio Comillas, que concede la editorial Tusquets, por el primer volumen de su biografía del autor de Ocnos, Rivero Taravillo publica ahora la segunda entrega de este apasionante estudio, que ayer se presentó en Sevilla dentro del ciclo Letras Capitales. Luis Cernuda. Años de exilio(1938-1963) ofrece "numerosas novedades y detalles desconocidos" de la última etapa del escritor sevillano, entre las que él destaca "las revelaciones sobre su trabajo con los niños vascos, una intervención desconocida sobre poesía inglesa para la BBC, un epistolario inédito con Salvador de Madariaga, su asiento de entrada en los Estados Unidos, información nueva sobre Serafín Fernández Ferro (su amor madrileño que murió en México al poco de asentarse él allí) y sendas entrevistas con Salvador Alighieri (su amor mexicano)".
El 14 de febrero de 1938, Luis Cernuda salió de España para no volver y ahí arranca esta segunda parte de su biografía, atravesada por la experiencia del exilio y atenta a los lugares donde el autor sufrió y amó. Para Rivero Taravillo, hay dos paradas extremas -el dolor y la dicha- en ese trayecto personal. "Al poco de estar en Inglaterra Cernuda sufrió una crisis terrible, que lo llevó a París y a punto estuvo de volver a España. Esa primavera y verano de 1938 fueron terribles. Feliz lo fue brevemente en Cambridge y en la playa de Acapulco al inicio de su etapa mexicana".
De Inglaterra, Cernuda pasó en 1947 a Nueva Inglaterra, "donde si bien la prosperidad era mayor imperaba la misma concepción, mercantilista, práctica y fabril del mundo protestante anglosajón. Al viajar a México, a la Nueva España, hallaría mucho de lo que añoraba de la España que dejó atrás: la luz, la sensualidad, la indolencia (tan suya) y, sobre todo, el idioma, que le estremece escuchar de nuevo de modo natural (no en universidades o círculos de exiliados). De esto dio testimonio en su libro de prosas Variaciones sobre tema mexicano". El exilio, continúa Rivero Taravillo, "agudizó en sus últimos años su carácter retraído y solitario y su idea de la fatal fugacidad de todo, que proyectó sobre su propia vida, como evidencia su penúltimo título, Con las horas contadas, o el contenido del último, Desolación de la Quimera, que es una suerte de testamento".
Entre los numerosos protagonistas de esta biografía es obligado destacar a Paloma Altolaguirre, cuyo testimonio personal justifica el alto valor de la propuesta. "Paloma Altolaguirre, hija de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, fue como una hija para Cernuda, y los hijos de ella como los nietos que nunca tuvo. A dos de ellos dedicó poemas en Desolación de la Quimera. Para él fue muy importante el reencuentro con la familia en su primera visita a México y luego convivió con Concha y Paloma, que compartían la casa que la primera compró en Coyoacán, al sur de la ciudad de México. Lo hizo a partir de 1953, un año después de asentarse el poeta en el país azteca, hasta su muerte diez años después (con la excepción de unos cursos que a principios de los sesenta dio en California). Además, en 1952 Cernuda firmó como testigo en la boda de Paloma, como en 1932 en la de los padres de ésta". Rivero Taravillo recuerda con cariño que "tuve ocasión de conversar con ella el año pasado cuando fui a México para documentarme, y contestó preguntas y me abrió las puertas de su casa. Le agradecí mucho que asistiera a la presentación de este segundo tomo en el Ateneo Español de México el mes pasado. Además, un hijo suyo, Manuel Ulacia, escribió un magnífico estudio sobre la poesía de Cernuda, y su yerno, James Valender, ha sido un infatigable investigador sobre Cernuda y el responsable del monumental Epistolario y el bellísimo Álbum publicados con motivo del centenario del nacimiento del poeta sevillano, en 2002".
El amor, como cabía esperar tratándose del autor de La realidad y el deseo, es un elemento esencial que en esta relectura adquiere nuevos matices. "Sabíamos que Cernuda era enamoradizo. En la biografía se muestra que, seguramente, era más platónico de lo que habíamos imaginado. Bajo esa clave habría que leer los Poemas para un cuerpo que le inspiró su amor mexicano de los años cincuenta. Cernuda nunca ocultó su homosexualidad en sus poemas, pero éstos pueden ser gozados como la alta poesía que son por cualquiera, independientemente de la inclinación de cada cual".
Es interesante dialogar con Antonio Rivero Taravillo, traductor de excelentes versificadores como Yeats y Shakespeare, sobre el lugar que debería ocupar Luis Cernuda en el canon de la gran poesía europea del siglo XX y sobre la importancia que tuvo la expatriación en la conquista de esas cotas artísticas tan elevadas. "En mi opinión, lo mejor de Cernuda hay que hallarlo en sus dos primeros libros del exilio, escritos en su mayor parte en Gran Bretaña: Las nubes y Como quien espera el alba (si bien el anterior, Invocaciones, es también espléndido). Harold Bloom estima mucho a este Cernuda reflexivo, metafísico, vena que procede de su conocimiento de los poetas ingleses, aunque ya estaba preparado para ello desde su frecuentación de Hölderlin. Del exilio brota mucha de su mejor obra, y el conocimiento de una tradición sobre la que posteriormente dio un título pionero: Pensamiento poético en la lírica inglesa (siglo XIX). En algunos aspectos Cernuda recuerda a Cavafis (por ejemplo, en el monólogo dramático, aunque él lo aprendió, como el griego, en Robert Browning), en otros a Yeats (ese resistirse a envejecer, ese obstinarse en amar los cuerpos jóvenes). A Eliot lo admiró como poeta, aunque nunca pudo ocultar su antipatía por él, no sólo por cuestiones políticas y religiosas sino por haber aquél rechazado publicarlo en la editorial Faber, que dirigía. Y Cernuda no perdonaba fácilmente. Al margen de Lorca (que es un fenómeno arrollador), Cernuda es el mejor poeta de su generación, lo que no es poco".
Entrevista en el diario Ya a Jose Manuel Cansino
"No cualquier formación mejora la empleabilidad"
- Diarioya.es . Su discurso de graduación de este año parece que ha escocido.
- JM Cansino. ¿Por pedir a los alumnos que devuelvan con creces a la sociedad española y a sus familias lo que han recibido?
- Ya. No, por recordar que no hay ninguna Universidad andaluza entre las 500 primeras del mundo.
- JMC. Bueno. Es una evidencia. Hasta hace poco estaban incluidas las de Granada y Sevilla pero en la última oleada del “ranking de Shanghai”, desaparecieron. Hay mucho por hacer.
- Ya. En su libro arremete contra la falacia de que tenemos a la generación mejor formada.
- JMC. Es cierto. Tendremos a la generación “más” formada pero no a la “mejor” formada. Hay quien colecciona títulos, incluso universitarios, que sólo abocan al desempleo. Sólo tendrá empleo de calidad quien tenga formación de calidad.
- Ya. Vd. También ha sido muy crítico con el talismán de la formación ocupacional y para desempleados.
- JMC. Insisto, es que no cualquier formación mejora la empleabilidad. En España se decidió que buena parte de esta formación se impartiera en centros gestionados por sindicatos y organizaciones empresariales; el Tribunal de Cuentas ha sido muy claro en la valoración de cómo se ha gestionado este dinero. Los perdedores han vuelto a ser los trabajadores.
- Ya. En “La Economía fingida” recurre a unos diálogos entre personajes que retratan a promotores arruinados, trabajadores que no cotizan a la seguridad social, desempleados vocacionales, políticos corruptos …
- JMC. Presenté la idea a la editorial Paréntesis y le gustó. Los personajes son una coartada para abordar seriamente episodios como la quiebra de Lehman Brothers, las inyecciones de dinero de la Reserva Federal, el Frob, el Plan E o la organización de la Administración del Estado en España, entre otros.
- Ya. Ahí voy, ¿de verdad cree que la Administración Pública es insostenible?
- JMC. En etapas de expansión económica, casi todo es sostenible hasta los gastos públicos obcenos. Salvo que se tenga conciencia de contribuyente –que falta en España- buena parte de la sociedad mira para otro lado.
- Ya. ¿Y ahora?
- JMC. Ahora se ha empezado a admitir que una sociedad democrática tiene todo el derecho del mundo a cuestionarse si es racional la organización del Estado que paga con sus impuestos. Desde luego no parece sensato haber clonado diecisiete veces el Estado nacional para replicarlo a nivel regional y, a veces, local.
- Ya. Llama la atención que cuando analiza el futuro de las pensiones introduzca la cuestión demográfica ¿acaso quiere recuperar el premio nacional de natalidad?
- JMC. (Risas) Sorprende que los “expertos” en la materia guarden silencio ante la baja natalidad en España. Es como si, en el fondo, desconfiaran en que hubiese trabajo para todos los niños en el futuro pues, desde luego, si rejuveneciéramos la sociedad española volveríamos a una pirámide demográfica natural y a un sistema de pensiones sostenible.
- Ya. ¿Tan grave es fingir que tenemos una economía fuerte?
- JMC. Antes o después tus debilidades te delatan. El gobierno estuvo fingiendo que no había crisis y millones de compatriotas “le compraron” el diagnóstico. Ahora hay centenares de miles de españoles que no tienen con qué comprar ni lo esencial.
FOTO: Curro Planás
CULTURA | Dirigida por Eduardo Noé y con música de Ángel Arteaga La Alhambra que Luis Rosales construyó con palabras
La Alhambra que Luis Rosales construyó con palabras
- Un libro y DVD recuperan los paseos del poeta por el monumento granadino
- La obra recupera dibujos y fotografías de manuscritos de Luis Rosales
El Patronato de la Alhambra ha recuperado ahora en un libro y DVD 'La Alhambra de Luis Rosales', un corolario al centenario del poeta granadino, celebrado el año pasado, que recupera, en formato de vídeo-libro, grabación de un recorrido visual por el monumento nazarí realizada bajo la dirección de Eduardo Noé y con música de Ángel Arteaga y a la que puso texto y prestó su voz el poeta granadino.
El proyecto surgió durante uno de los actos del centenario del poeta en 2010, la inauguración de la exposición itinerante sobre su obra. Su hijo, Luis Rosales Fouz, se reunió con la directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca, a la que convenció de que la celebración del centenario sin tratar la relación entre el autor y el monumento "se quedaba coja".
Rosales Fouz destacó que su padre "adoraba" el monumento, cuya presencia en su obra es "constante", siempre presente en una Granada a la que llama "Ciudad de la Buena Muerte". El libro recupera también dibujos, fotografías de manuscritos del mismo Rosales e incluso la reproducción de la edición de la 'Oda a Walt Whitman' de Federico García Lorca que éste le dedicó personalmente.
Villafranca destacó como la obra de Luis Rosales, en cuanto al monumento, es, prácticamente, "una investigación de antropología social". Se refirió a episodios como el del tañir de la campana que había en la Torre de la Vela, "que a los granadinos les hablaba". Cuando se la oía repicar de uno u otro modo, "todos sabían que pasaba algo, como cuando se usaba para anunciar que se había perdido un niño.
La presentación del volumen ha contado con la presencia de ambos y de Julio Neira, así como la del delegado de Cultura de la Junta de Andalucía en Granada, Pedro Benzal. Neira destacó la colaboración de la familia Rosales, ya que "algunos centenarios se celebran a pesar de los familiares, pero éste no es el caso, y el encuentro se cerró con un recital poético en el que participó el propio hijo del autor y poetas locales como Daniel Rodríguez Moya y Brígida Gallego.
lunes, 20 de junio de 2011
VIDAS ROTAS EN STALINGRADO
jueves, 16 de junio de 2011
Ciclo de seis películas de Edgar Neville
La Filmoteca dedica un ciclo de seis películas a Edgar Neville
Neville fue escritor, autor teatral, director de cine, pintor y buen gastrónomo. Fue despreciado por la intelectualidad contemporánea, como lo fueron sus amigos Mihura, Jardiel Poncela y Tono. Neville y su amigos aprendieron que el humor no consiste en burlarse de la miseria ajena, ni tampoco en adoptar estrategias de libelo y el exabrupto, sino en reírse de lo convencional, en ametrallar los estereotipos y falsedades sobre los que se asienta la sociedad burguesa, con la única herramienta de la poesía. Una poesía que participaba de la fulguración vanguardista, la propensión al absurdo y cierta ternura.
Cultivó todos los géneros literarios y en todos ellos hizo del humor su profesión. La vida en un hilo fue su gran éxito: una obra llevada al teatro y al cine y más tarde convertida en comedia musical por su hijo Santiago. Una reflexión risueña sobre los mecanismos del azar.
miércoles, 15 de junio de 2011
NOTICIA EDITORIAL: Homo Legens reedita otra obra de Rafael García Serrano.
Autor: Rafael García Serrano | |
PVP: 18.00 € | |
ISBN: 978-84-92518-73-9 | |
Número de Páginas: 224 |
La ventana daba al río
Rafael García Serrano
lunes, 13 de junio de 2011
domingo, 12 de junio de 2011
NUEVO LIBRO DE JOSÉ ANTONIO MARTÍN "PETÓN"
ENTREVISTA A LA EDITORA ROSA GARCÍA PEREA
Tras la directora de la editorial 'Jirones de azul' hay una mujer impulsiva, ecléctica, divertida y “llorona, con el corazón en la mano todo el día”.
"Un amigo dice que soy ecléctica, que es la manera fina de decirme canalla. Lo mismo escucho Soleá dame la mano que después a Dylan ". A Rosa García Perea (nacida en Coria del Río hace 46 años y directora de la editorial Jirones de azul ) se le pueden poner mil y un adjetivos que, tras una charla distendida en la que abundan las carcajadas, se resumen con los versos de Machado: "Yo soy en el buen sentido de la palabra, bueno".
-Jirones de azul celebra su quinto aniversario, ¿eso es un milagro con los tiempos que corren?
-Sin lugar a dudas, y no sólo por los tiempos que corren, sino también por el sector en el que estamos, que vive un momento de cambio. Hay dos factores para sobrevivir o ya morirte del todo. Por un lado está la crisis. Se han recortado las ayudas, ayudas que, por otra parte, nosotros pensamos que no deben de existir. Los sectores deben sobrevivir por sí mismos, no subvencionados. Y, además, estamos en plena transición al mundo digital, para lo que se necesitan inversiones. Para esto sí que debería haber financiación (créditos ICO, por ejemplo), no ayudas.
-Pero la editorial tiene casi tantos años como la crisis que padece el país, ¿cuál ha sido la clave para sobrevivir?
-[Los ojos claros le brillan, como cada vez que se dispone a contar una de las anécdotas que salpican la entrevista] Un día quedo con mis hermanas para preguntarles cómo se monta una empresa y, mientras las estoy esperando, veo las primeras noticias de la crisis y pienso: ‘qué tontería, esto es lo de siempre'. Y ¡pum, por todos lados! La crisis es buena porque nos ha enseñado a ser austeros, a optimizar cada euro que entra, a pensar mucho cada título que publicamos. Nos equivocamos, por supuesto. Ninguno de los que estamos aquí somos del sector editorial. Yo venía de ser directora de marketing de una empresa de electrodomésticos. La única forma de aprender ha sido equivocándonos. Ha sido un aprendizaje brutal.
-¿Por qué ese giro tan radical?
-Ya me habían publicado y, bueno, en un momento dado, cuando cumplo los 40 años, mi editora, Luz María Jiménez, me anima: ‘tienes que hacer algo en Sevilla, eso va contigo'. Y me dije, como en la Expo, ‘ahora o nunca'. Aparte, nunca pude publicar en Sevilla porque no encontraba hueco para lo que yo escribía y conocía a gente que tenía grandes cosas guardadas en los cajones. Pensé que había que crear un trampolín para esas propuestas.
-¿Por qué Jirones de azul?
-Ahora es cuando yo me apuro... Es el nombre de mi primer libro, pero no había ningún interés en que fuera así. Yo ya había hecho una revista digital ("nosotros no entramos en el mundo digital, volvemos", apostilla) y un amigo informático que me estaba haciendo la página web me llamó para pedirme un nombre para el dominio. ‘¡Que me pide un nombre!', le decía yo a mi hermana Esperanza, y ella me contestó: ‘ponle Jirones de azul mismo', y así es como llamamos a la editorial cuando la pusimos en marcha, para mantener a aquellos que ya conocían la revista digital.
-¿Cuál ha sido la mayor satisfacción en estos cinco años?
-Ha habido varias. Al libro El hombre que esculpió a Dios le tengo un especial cariño. Esta obra me la leí en una noche en la pantalla de la blackberry cuidando a un familiar enfermo. Tiene muchas implicaciones sentimentales y ha funcionado muy bien. Otro de los momentos es con Pesadillas de cofrade. Este libro lo colocamos en Navidad. Un día, mi hermana Esperanza y yo nos fuimos a visitar librerías y vimos en la Casa del Libro a un chico con estética cani mirándose en la mano si tenía bastante dinero para comprarse el libro. Yo hice verdaderos esfuerzos por no irme para él y decirle: ‘vente que te voy a dar una caja ahora mismo'. Fue un subidón tremendo. Tuvimos la satisfacción de ver que habíamos hecho leer a ese niño.
-Su catálogo lo conforman obras de temática sevillana pero alejada de esa Sevilla recalcitrante. ¿Eso es difícil en una ciudad como ésta? ¿Le dio vértigo?
-Tengo un amigo que me dice que le levanté la falda a Sevilla y enseñé sus bragas. Y me lo dijo en el Ateneo... Me encantó, me encantó. Vértigo me da cuando lo pienso ahora. Somos impulsivos, que no valientes. Yo estoy convencida de que hay otra Sevilla, de que se pueden presentar las mismas cosas de siempre de otra manera. Pero no estamos haciendo nada nuevo, lo que ocurre es que tenemos muy mala memoria. Esto ya lo empezó a hacer el grupo Mediodía en los años 30. Nos hemos vuelto muy cutres y somos todos como Carmen la de Mérimée. ¡En Sevilla cabe de todo!, lo que hay es que espabilarla.
-¿Hay mercado para las editoriales que hay en Sevilla?
-Somos la única ciudad donde hay editoriales que se dedican a la literatura de Sevilla para Sevilla. Y esto no se concibe en otro sitio. Hay público, lo que hay es que encauzarlo bien.
-¿Es tan apocalíptica como los que auguran el final del libro en papel por el electrónico?
-Lo mejor que nos podría pasar a los editores [bromea por enésima vez] es que desapareciera el libro en papel. ¡Es muy caro! No, en serio, no va a desaparecer. El libro de papel tiene un componente fetichista muy importante. Ambos formatos van a convivir. Hay libros que son de usar y tirar, que los lees una vez y ya no los vuelves a abrir más. Para ésos, el formato electrónico es muy bueno. Otros libros están destrozados de tanto como los has usado. Terminará ajustándose la producción.
-Serán más selectivos.
-No crea. El monedero es el mismo, tenemos lo mismo para gastar. En el papel vamos a hacer lo mismo, pero en digital se abrirán más posibilidades, podremos producir más.
-¿La política cultural va bien encauzada?
-Hay una descoordinación absoluta. No hay competencia, y esto es lo peor que le puede pasar a un sector. Cuando llegué a este gremio vi que todo el mundo comía del pan fácil. Ése es el cáncer. A mí no me tienen que dar dinero. Yo soy empresaria y, si me equivoco, me equivoco yo. Merezco irme al paro. Es la única forma de que crezcamos. Para nosotros, la crisis ha sido la clave para sobrevivir.
-Y para los próximos años, ¿diversificación, quizás el mercado infantil?
-Yo soy disléxica. Aprendí a leer con mi hermana mayor y recuerdo que me acostumbré a leer libros que no eran de niños: Lorca, Bretch, droga dura, vamos... Ahora veo que hay niños a los que se le está retrayendo. No hay que ponerles Bob esponja a todas horas. Pueden conocer cosas que van más allá. Hecho en falta una literatura cultural distinta para ellos.
jueves, 9 de junio de 2011
V Jornadas de Historia en el Instituto de Estudios Históricos-CEU
miércoles, 8 de junio de 2011
LUYS DE SANTAMARINA Y JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Luys Santa Marina declaraba un día que era montañés y de vieja familia montañesa. Nació en Colindres (Cantabria) el 4 de enero de 1898. Comenzó Derecho en la Universidad de Oviedo, pero lo dejó porque no le gustaba. Un buen día se instala en Barcelona donde encuentra trabajo en un negocio de publicaciones que era de unos parientes suyos: los Canosa Gutiérrez. En esta ciudad pasó la mayor parte de su vida y murió en ella el día 15 de septiembre del año 1980. En 1924 publica su primera obra que llevará por título Tras el águila del César. Elegía del Tercio (1921-1922), que «vino a ser prohibido tanto por la Dictadura como por la Dictablanda, igual por la República que por el Estado nacido un 18 de Julio». Así pues, esta prohibición parece, a primera vista, una «sentencia»difícil de entender, y que, sobre todo, haya podido salir de ese Estado, pero esta medida, fuera de toda lógica, tampoco debiera sorprender a nadie porque algunos textos del mismo José Antonio Primo de Rivera ya habían sido prohibidos en 1937, incluso antes de la Unificación. Después vendrían otros títulos como Tetramorfos, y Domus, que siguen la misma línea. Labras heráldicas montañesas, que demuestra su interés por la Heráldica, y Estampas de Zurbarán, etc.Era también un buen poeta cuyos poemas están recogidos, en su mayoría, en sus dos únicos libros: Primavera en Chinchilla (año 1939) y el que tituló Halladas (año 1940). En la ciudad condal funda y dirige en 1932 la revista literaria Azor (resucitada después de la Guerra Civil), en la que colaboraría el novelista, autor teatral, crítico y poeta Max Aub, gran amigo suyo a pesar de las diferencias que podía haber entre ambos desde el punto de vista político.
(para leer artículo completo http://www.hermandaddelvalle.org/article.php?sid=6194 )
"La Codorniz" de aniversario.
ANTONIO ASTORGA
Día 07/06/2011
En la portada príncipe (se vendieron 35.000 ejemplares a 50 céntimos), Antonio de Lara Tonodibuja un pretendido ser humano encarnado en un trapecio isósceles con sombrero, una señora muy hinchada, unos círculos con ojos, que eran supuestos niños, y dos pequeñas codornices en el suelo. Al fondo, la foto real de un camión. Y un pie «intolerable» para el «respetable público», o sea, aquellos señores para quienes lo intolerable era lo que ellos no toleraban. La señora oronda le espeta al señor:
«—Caramba, don Jerónimo, está usted muy cambiado.
—Es que yo no soy don Jerónimo.
—Pues más a mi favor.»
Tópicos patrióticos, religiosos, literarios, históricos, lo que Wenceslao Fernández Flórez, desde su bosque animado, llamó las infinitas garambainas que se ponen en octavas reales, fueron picoteados a discreción. Como recuerda Don Mingote de la Mancha, si los censores hubieran sido tipos inteligentes y no fanáticos del dogmatismo y la decencia, le habrían puesto un férreo cepo a aquella inocente y bienquerida ave literaria, una Cordorniz, bendita sea, que caricaturizaba lo que el preboste de turno consideraba respetable e intangible. Los herrumbrosos censores se perdían en tapar escotes y alargar faldas sin pensar en la labor de prodigiosa derrumbe de esta genial generación de dinamiteros coñones.
Enrique Herreros, autor de 807 portadas y 45 contras de los 1898 números de La Codorniz, dibuja a un viajero asomado a la ventanilla del tren, que se dirige al jefe de estación parado en el andén:
«—Yo viajo para instruirme. ¿Me quiere usted decir cuántas son 21 por 13?»
Y suma y sigue el gran Herreros: un viajero jamelgo aparece sentado encima del cabezón de un señor mío con bigote, y se justifica:
«—Perdone que me haya sentado aquí; pero como no había ningún sombrero puesto...»
Un caballero pide en la ventanilla larriana del «Vuelva usted mañana»: «—Deme un billete para Vigo.
-¿Ida y vuelta?
-No. Vuelta nada más. No me voy».
Y un tipo valleinclanesco con sombrero le pregunta al jefe de estación:
«—¿Me deja ir a Burgos sin pagar? Le prometo que vuelvo en seguida».
Cuenta Antonio Mingote que los socios de muchos casinos padecieron serios trastornos oyendo a los jóvenes comentar La Codorniz. Así, un distinguido pedagogo de Tejeruela de la Empastación murió de congestión fulminante. Antes confesó en una carta: «No se culpe a nadie de mi muerte. Ha sido Herreros».
Aquellos humoristas, según López Rubio «la otra generación del 27», fueron los primeros hombres de la historia en contemplar en su totalidad las pantorrillas de las mujeres bailando el charlestón, evoca Mingote. Y se encontraron de repente el sombrío mundo de posguerra. La transición del viejo humor de chascarrillo al nuevo codornicesco no fue un salto circense de trapecio a trapecio. Fue un malabar de ingenio. La Codornizno glorificó a nadie, ni publicó consignas ni impartió doctrinas. Tuvo un éxito feraz entre una enorme minoría de jóvenes ansiosos por respirar un aire limpio de farfolla rimbombante.
El «no huevo de Colón»
Cierto comentarista, que pontificaba con el paño de la frivolidad en el púlpito, lanzó la especia picante de que la revista publicó el dibujo de un huevo a toda página con el título: «El huevo de Colón», y en el número siguiente otro huevo igual: «El otro huevo de Colón, lo que le valió a la revista el cierre de no recuerdo cuántos meses», añadió. No es raro que ese sesudo comentarista, que pontificaba desde la rutina, no lo recuerde, aclara Mingote, puesto que «eso del huevo de Colón, como tantas otras cosas soeces o vulgares de humorismo barato de hoja de calendario que se atribuyen a La Codorniz, no se publicó jamás».
El pájaro de papel cumplió, sin desfallecer y con éxito, con la misión de destruir el tópico y la rutina. Fue una revolución que, como decía su himno, tenía un pico en la nariz. La Codorniz, bendita sea. Palabra de Mingote.
lunes, 6 de junio de 2011
Interesante entrevista a Antonio D. Olano por Alfredo Valenzuela
DR. LIVINGSTONE,... SUPONGO Antonio D. Olano Escritor
«Los Alberti eran pesadísimos»
Amigo íntimo de Picasso y Dalí, autor de «Las mujeres de Picasso» y «Picasso íntimo», ha publicado más de cien libros. Fue compañero de Cocteau y de Jean Cau, trató a Sartre y a Camus, conoció a Fidel Castro y al Che y es autor de una «Guía secreta de la Costa del Sol». Ahora sigue escribiendo...
—Picasso decía que había conocido mujer con catorce años, ¿no es un poco pronto?
—Nunca es pronto si la dicha es buena… El sexo es como la canción italiana: «No tengo edad para amarte…».
—¿Han contado con usted para la exposición sobre «Picasso y las mujeres»?
—No, no, no. No cuentan conmigo para nada. Para determinadas gentes que se hicieron dueñas de Picasso, Olano es muy molesto. A los únicos que no resulto molesto es a los dos hijos de Françoise Gilot, la única mujer que dejó a Picasso, una gran pintora y una gran mujer a la que Picasso no se mereció.
—¿Le han invitado alguna vez al Museo Picasso de Málaga?
—No, no, no. Fui yo, pero no me invitaron para nada. Málaga se portó mal con Picasso y yo lo he dicho. Él, sin embargo, siempre me preguntaba por Los Percheles y por la Costa del Sol.
—¿Tiene algún picasso?
—Sí, claro que tengo picassos, y no hay picasso menor. Son dibujos y alguna cerámica. Los voy a donar, y no al museo de Málaga ni al de París, sino al Museo Dalí, en Figueras. Dalí es el personaje más completo de la historia universal.
—¿Y algún dalí?
—Claro, tengo el único que hizo abstracto.
—¿Quién era más generoso, Picasso o Dalí?
—Los dos eran el colmo de la generosidad, aunque a Picasso se le atribuía una tacañería que no tenía. Picasso compraba pinceles todos los días y los guardaba bajo llave, cosa que también hacía con las coca-colas, pero eso era reflejo de cuando lo pasó tan mal y de cuando pasó hambre; de la época en que, en París, llegó a quemar dibujos suyos para prender una estufa con que calentarse. A los dos les gustaba que se hablara mal de ellos, y Dalí disfrutaba con lo de «Avida dollars».
—¿Y más celoso?
—Ninguno. Dalí era teatral y Picasso puro teatro. Picasso era como un niño y se inventaba los celos.
—¿Y quién era menos insoportable, Fidel o el Ché?
—Eran insoportables los dos y lo sé porque los conocí en buen momento. El Che era más amable, y fue amigo mío. A Fidel lo hicieron comunista los americanos, que le ayudaron a hacer la revolución y luego le pusieron pegas.
—¿Y quién más llevadero, Sartre o Camus?
—Indudablemente Camus. Jean Cau, que fue secretario de Sartre, fue el mejor de los tres. En Sevilla debían hacerle un monumento, y ponerle una placa en todas las plazas de toros. A Sevilla iba siempre que podía, y es el que más hizo por los toros en España y en Francia.
—¿Los Alberti eran tan pesados como decía Picasso?
—Eran pesadísimos, entre otras cosas. Picasso los quería mucho pero, cuando salían de su casa, respiraba.
—¿A Picasso sólo le fatigaba el descanso?
—Es que no descansaba nunca y podía pasarse la noche entera pintando. Con vocación, uno no se cansa.
—¿Es cierto que Franco estaba dispuesto a recibir y exhibir el Guernica?
—Naturalmente. Franco se adelantó en todo. Dominguín le advirtió que no se trataba de un exiliado y Franco dispuso que adonde llegara se le recibiera con honores y no se le pidiera la documentación. Los desencuentros los provocan los tontos y los mediocres. Picasso fue amigo de José Antonio.
—¿El Guernica, como decía el pintor comunista Pepe Díaz, es en realidad una corrida de toros?
—Es que sólo es una corrida de toros inspirada en la muerte de Sánchez Mejías, y como le pidieron algo para la Exposición Universal, adaptó ese cuadro, y al Gobierno de la República no le gustó, se avergonzó y lo arrinconó. Picasso no salió de París en la ocupación porque los alemanes lo respetaron y protegieron.
—Si las mujeres son, al decir de Picasso, «máquinas de sufrir», ¿los hombres son máquinas de...?
—Máquinas de sufrir por las mujeres. Conocí personalmente a todas las mujeres de Picasso. Picasso me dijo un día que por qué le haría tantas cabronadas a las mujeres y yo le contesté que porque sería un cabrón.
—Picasso prohibió su libro «Picasso íntimo», pero usted lo publicó ¿siguieron siendo amigos?
—Fue porque incluí una foto en la que cogía del talle a Lucía Bosé, y Jacqueline se puso celosa. Le dije a Picasso que si tenía que elegir entre Lucía Bosé y él, prefería a Lucía. Pero seguimos siendo amigos, y él adoraba ese libro.
—¿Qué es lo más secreto que incluyó en la «Guía secreta de la Costa del Sol»?
—Fui pionero de la Costa del Sol porque íbamos Edgar Neville, Hohenlohe y el Marqués de Soriano y se nos estropeó el coche en la Costa del Sol, y nos quedamos y la descubrimos.
—¿Sigue frecuentándola?
—Ya no porque no hay ocasión, pero antes iba todos los veranos y estaba en el perejil de todas las salsas.
Tercera de ABC en recuerdo a Pedro Laín
Recordando a Pedro Laín Entralgo
«Recordar a Pedro Laín Entralgo significa evocar a uno de nuestros pensadores que más voluntad puso en emplear el conocimiento y la razón para comprender y reconciliar al ser humano y, más específicamente, a aquella porción de humanidad que llamamos España»
sábado, 4 de junio de 2011
ONÉSIMO REDONDO. LOS ALBORES DE LA FALANGE
Onésimo Redondo
Los albores de la Falange
Luis Miguel Villegas
Prólogo de Alfonso López Gradolí
Ediciones Barbarroja, 2011
Madrid
Formato: 15 x 21 cm
328 págs.
P.V.P.: 18’00 €
De la época de la falsificación de la Falange (entiéndase el franquismo) nos viene la costumbre, triste costumbre, de que para exaltar la figura de José Antonio Primo de Rivera, se ningunea la de los otros iniciadores del movimiento nacionalsindicalista: Onésimo Redondo, Ramiro Ledesma y Julio Ruiz de Alda. Al régimen del general Franco, y más concretamente a Ramón Serrano Suñer y a sus adláteres, les convino la exaltación, hasta el paroxismo de un José Antonio deformado y manipulado a conveniencia de sus bastardos intereses. Fabricaron a un José Antonio a su menguada estatura y ocultaron al verdadero revolucionario. Dieron culto al mitin del Teatro de la Comedia y olvidaron la evolución revolucionaria de Primo de Rivera, que se explicita en el mitin del Cine Madrid, por ejemplo. Y olvidaron interesadamente, también, la importancia que en esta evolución tuvieron sus compañeros
[Luis Miguel Villegas]
viernes, 3 de junio de 2011
Cuando los dioses nacían en Extremadura de Rafael García Serrano
(Tomado de Criteria Libros)
"Tentado por cuanto de humanidad y de puro prodigio –esto es, de puro español- hay en Cortés y en sus hombres, intenté una especie de modesta biografía de la Conquista, un reportaje sencillo y admirativo".(Del prólogo del autor)
Sobre el autor
Rafael García Serrano
Rafael García Serrano nace en Pamplona en 1917. En la capital de Navarra cursa sus estudios de Bachillerato. Durante sus primeros años universitarios en Madrid, donde estudia Filosofía y Letras , se afilia a la Falange Española. Como falangista y alférez provisional de Infantería combate en la Guerra Civil.
Su extensa obra literaria comienza con Eugenio o proclamación de la Pirimavera y culmina con Quinto Centenario, novela publicada poco antes de su muerte el 12 de octubre de 1988.
Rafael García Serrano simultaneó su pasión literaria con su profesión periodística, en la que también destacó como uno de los más grandes del siglo xx español llevando a la crónica periodística la calidad de su prosa, jamás cuestionada ni siquiera por sus más enconados enemigos políticos.
Dirigió el diario Arriba, del que antes fue corresponsal en Roma durante la Segunda Guerra Mundial, el semanario cinematográfico Primer Plano, la revista 7 Fechas y la agencia de noticias Pyresa.