miércoles, 28 de septiembre de 2016

Jesús Á. Rojo presenta en Sevilla, puerta del Nuevo Mundo, "Los Invencibles de América"


El acto tendrá lugar el martes 4 de octubre a las 20.00 horas en el Aula Cultural del ABC, sede de la Fundación Cajasol, Sala Antonio Machado (entrada por calle Entrecárceles, 1)


Sevilla, puerta del Nuevo Mundo, donde se puede contemplar en sus calles tanto lo que llevaron como lo que trajeron de las Indas, tendrá el privilegio de albergar la presentación de "Los Invencibles de América", la última obra de Jesús Á. Rojo. El acto, que será una charla-coloquio sobre el libro y estará presentado por Francisco Robles, director del aula de Cultura del ABC, tendrá lugar el martes 4 de octubre a las 20.00 horas en la Sede de la Fundación Cajasol, Sala Antonio Machado (acceso por la calle Entrecárceles, 1). La entrada será libre hasta completar el aforo (máximo 200 personas).



"Los Invencibles de América" y Sevilla guardan una relación muy especial, se encuentran interconectados por el papel que desarrollo la capital andaluza durante la conquista del Nuevo Mundo. Hablamos de la ciudad donde se estableció la Real Casa de la Contratación de Indias , creada para fomentar y regular el comercio y la navegación con los territorios españoles en Ultramar.En cierta forma, Sevilla ejemplifica como nadie la diversidad cultural y el mestizaje del que habla Jesús Á. Rojo en su ensayo histórico. El escritor madrileño consigue, con un estilo directo y con buena dosis de rigor histórico, que el lector conozca y asimile que fue España el faro que iluminó a Occidente durante muchos siglos, gracias a la pericia, heroicidad y valentía de un puñado de españoles.
La obra pergeñada por Jesús Ángel Rojo se confiere como una magnífica oportunidad de reivindicar sin complejos a los grandes héroes que realizaron la mayor hazaña conocida por el hombre: El Descubrimiento, Conquista y Evangelización de América. El autor rompe todos los mitos de la Leyenda Negra reivindicando la presencia española en América como la mayor unión de culturas y de razas de la Historia. "Los Invencibles de América" logran dejar en evidencia a todo aquel que considera que Hernán Cortés fue un déspota codicioso y no el líder  que liberó a las tribus mexicanas de la tiranía del Imperio azteca y que posteriormente se convertiría en el padre de México.
Pero no sólo de aventuras sin límites, amores y traiciones vive "Los Invencibles de América", el libro cuenta con muchos alicientes que sirven de estímulo a cualquier lector dado a la curiosidad. Cuenta con las ilustraciones del mejor pintor de batallas del mundo, Augusto Ferrer Dalmau. Sus pinturas se acoplan a la perfección a los textos elaborados por Jesús Á. Rojo, como si fueran fieles retratos de la época. El prólogo corre a cargo de S.A.R. Luis Alfonso de Borbón, descendiente de Isabel La Católica y uno de los personajes ilustres más importantes de la historia de España. Y, cómo no, mencionar también al autor del epílogo, José Marcilla de Teruel Moctezuma y Valcárcel Duque de Moctezuma descendiente primogénito del emperador azteca Moctezuma II, uno de los principales protagonistas este proceso histórico
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En suma, fueron los valientes españoles como Pizarro, Cabeza de Vaca o Juan Vázquez de Coronado los que se encargaron de descubrir lugares ocultos. Ahora le toca al lector... 

sábado, 16 de julio de 2016

Reseña de La sala japonesa y otros relatos de Javier Compás, por Nacho Toledano

Elegante melancolía
Por Nacho Toledano

Javier Compás escribe muy bien. Por eso mismo, no ha sido ninguna sorpresa comprobar que su nuevo libro, la recopilación de relatos cortos La Sala Japonesa y Otros Relatos (Anantes 2.016), está maravillosamente bien escrito. Pero eso, aunque evidente, no lo es todo. Si a mí el libro me ha gustado muchísimo no es sólo por la sana envidia que me provoca el prodigioso uso del lenguaje del que hace gala Javier Compás sino porque -misterios de este tinglado portentoso que algunos llamamos escribir- ha sabido transmitirme sensaciones, sentimientos, evocaciones y percepciones que, muchas veces a lo largo de los quince relatos, he reconocido como propias.
Es muy difícil crear este vínculo especial con el lector. Es muy difícil que el autor sepa tejer un hilo emocional de afinidad, siempre frágil y difuso, con sus lectores. La recopilación de Javier me ha emocionado precisamente por eso: porque me ha hecho volver a sentir sensaciones conocidas y porque me ha llevado a rescatar, de la muy baqueteada maleta que empieza a ser mi vida, personas y escenarios que me han marcado para siempre. En este sentido, un relato bien escrito es como una conversación tranquila con un amigo: bastan tres o cuatro palabras bien utilizadas para definir perfectamente una situación o una idea. Como aquellas que se tienen, por ejemplo, con Javier Compás paseando por Sevilla o por el viejo y céntrico Madrid.
Flota sobre el libro una poética niebla de elegante melancolía: de nostalgia sobre todo aquello que perdimos y sobre todo aquello que hubiera merecido la pena conservar. Una tristeza acariciada con la delicadeza que se da a las cosas bellas. La desdicha sólo merece ser contada si se sabe expresar con la sensibilidad que ello merece. Por suerte, el autor es un tipo elegante -por dentro y por fuera- y sabe vestir sus historias con un manto indudable de buen gusto. Tal vez por esa razón, el libro me ha llevado también a Fernando Pessoa. Por cierto, y no sólo porque Javier Compás sea también un enamorado de Lisboa.
Esa Lisboa profundamente mágica y compleja, a la que algunos de nosotros -hijos del desarraigo y de la devastación personal- hemos aprendido a querer con la fuerza hipnótica del mito. Sabiendo que siempre nos sorprenderá descubrir una esquina nueva de Lisboa, pasear por una de sus antiguas calles empedradas -por la que nunca habíamos antes paseado- o volver a entrar en esa vieja tienda de libros y grabados de la que no puedes prescindir. Lejos de Lisboa y lejos de ti... como nos recuerda Javier en uno de sus cuentos dando a la Ciudad, en las bellísimas estrofas de la canción de Pasión Vega, su indudable carácter de patria de los amores imposibles y de los sueños malogrados. Lisboa y la vida, vagando siempre bella entre las luces y las sombras de nuestros naufragios y de las esperanzas que una vez perdimos. Lisboa, siempre entre la realidad, la ensoñación y la quimera.
Decir Lisboa es decir Fernando Pessoa. El pasado 30 de Noviembre de 2.015 celebramos el ochenta aniversario de la muerte del fascinante poeta portugués de las decenas y decenas de personalidades distintas -los heterónimos- y de una obra extensa, misteriosa, profunda, hipnótica y enrrevesada. Leyendo el último libro de Javier Compás, no he podido menos que acordarme de Lisboa, de Fernando Pessoa y de la saudade. Lo mejor de todo es que me consta que a Javier le va a gustar mucho esta asociación de ideas, porque seguro que -como a mí- también le gustan la cadencia suave y la fuerza expresiva de la poesía portuguesa. Hay mucho de saudade en este libro.
La saudade es un concepto profundamente portugués que no tiene una clara traducción al castellano: lo mismo sirve para significar que echas de menos a alguien que no has visto hace mucho tiempo que para -también y entre otras muchas cosas- describir un peculiar estado indefinible de tristeza y de melancolía. Una particular nostalgia que nos lleva a añorar no sólo aquello que tuvimos sino también aquello que no llegamos a tener. Escribió Pessoa que no hay saudades más dolorosas que las de aquellas cosas que nunca fueron ("Ah, não há saudades mais dolorosas do que as das coisas que nunca foram!").
saudade de aquellas situaciones que te has repetido mil veces en un involuntario flash diario y que, a veces, te siguen doliendo como viejas heridas de batallas antiguas y perdidas.
Y es cierto. Aunque hace muchos años ya que, en una calurosísima tarde de verano, se marchó aquella persona que daba sentido a mi vida, sigo todavía pensando en lo que hubiera pasado si se hubiera quedado a mi lado. Esos pensamientos que, al caer la tarde tras un día ajetreado, te asaltan con la persistencia cruel de la derrota. Entonces es cuando piensas en lo que hubiera pasado si las cosas hubieran ido bien. Se aparecen así, con absoluta nitidez y por unos segundos, la casa en la que vivirías con ella si no se hubiera ido, los lugares que visitarías y los viajes que harías, la antigua ciudad en la que desenvolverías tu rutina cotidiana, las películas que verías o las pequeñas cosas que, día tras día, van convirtiendo a una pareja en algo sólido y estable: qué es lo que hiciste mal y qué es lo que hiciste bien, y qué es lo que no supiste hacer para que no se fuera. Todo, en definitiva: la nostalgia sin fin de las cosas que nunca han sido y de las que ya no podrán ser. La doble tristeza de la pérdida y del abandono, junto a la de las cosas que ya no pueden ser vividas. La
Eso es lo que me ha traído leer El Atico La Carbonería -la felicidad eterna de aquellos lugares que nos han marcado- o Plaza del Pozo Santo. La belleza de la remenbranza de lo que fue y de lo que ya nunca será  El lirismo heróico de la derrota. No olvidemos que, a la larga, siempre es más interesante el derrotado: una cierta mística del fracaso y de la pérdida, y del dolor profundo de la devastación y de la desesperanza. Literatura del abandono y de la sucesión de los cataclismos internos que produce, y evidente belleza en su descripción casi textual.
Son ya muchos años los que van marcando mi fracaso. Me he acostumbrado a convivir con esta saudade de derrotas y de guerras lejanas, luchadas y perdidas. Pero, a veces, y en medio de sensaciones que nunca te detienes a explicar -entre otras cosas porque nadie las entendería como tú las entiendes- aparecen prodigiosas sorpresas como la de La Sala Japonesa y Otros Relatos. Y alguien vuelve a definir, a golpe de corazón y de vida vivida- la insondable nostalgia del amor que has perdido y la profunda amargura de un sentimiento cierto. Gracias Javier... orgulloso de tu amistad.  Un libro que merece la pena y que, evidentemente y dicho lo dicho, os aconsejo leer despacio en estas vacaciones.

lunes, 27 de junio de 2016

Ante una situación límite: ¡Hagamos algo grande!

Por Josele Sánchez.

Como todos los días, pese a ser domingo y pese a haber recogido a mi hija hace 3 horas de una de esas fiestas para adolescentes (?), hace un buen rato que estoy despierto. Lo primero que he hecho, como siempre, dedicar los primeros minutos el día a la meditación y a mis oraciones. Un buen café, un par de cigarros y metido de lleno en la importante jornada de hoy. No, no acudiré a votar, pero no porque me traiga sin cuidado lo que ocurre en España, sino porque me duele profundamente mi patria y porque es algo bien distinto lo que quiero para ella. Así que, desde hoy mismo, dedico todos mis fuerzas y todas mis energías a intentar alumbrar un nuevo proyecto político, distinto y distante del actual circo electoral, una alternativa capaz de dar una respuesta política eficaz y actual a la situación límite que atraviesa nuestra nación. Dispuesto a dedicar todas mis energías y todas mis limitadas capacidades, porque soy independiente pero no soy indiferente. Y reclamo el concurso de compatriotas de extraordinaria validez moral e intelectual que permanecen encerrados en sus armarios o que vienen defendiendo, legítimas opciones políticas, pero que cosechan una derrota tras otra.
 Juanma Cepeda, José Manuel Cansino, Antonio Garcia Trevijano, Luis Miguel Villegas, Cristina Sánchez, Augustín Ferrer Dalmau, Aquilino Duque, Antonio Gil Terrón, José Luis Orella, Ana Cepeda, Storch de Gracia, Gustavo Morales, Julio Cob, Suso González Acuña, Manuel Losada Villasante, Luis Eugenio Togores, José María García de Tuñón Aza, Eduardo López Pascual, José Martín Ostos, Fausto Heras, Jorge Garrido, José Manuel Sánchez del Águila, Miguel Ángel Loma, Blas Rivero, José María Zavala, Carlos Javier Galán, Francisco Pelufo, Miguel Argaya, Honorio Feito, Juan Ramón Sánchez Carbadillo, 
Javier Compás, Norberto Pico, Carlos Roldán, Nacho Toledano, Juan María del Pino, Carlos León Roch, Jorge Juan Perales , Carlos Martinez-Cava Arenas, Javier García Isac, Juanfran González Tejada, Álvaro Romero, Juan Blas Becerra, Antonio Pérez Bencomo, Emilio Carlos Sabio Cardesa, Enrique Uribe, Pedro Cantero, Fernando de Artacho, Alfonso Arteseros, Ángel Espinosa, Juan Luis Bagües, Eduardo Romero, Pepe de las Heras, Manuel Parra Celaya, Guillermo Rocafort, Pedro Conde, Armando Robles, Alfonso Lopez Gradoli… y tantos otros.
Somos muchos los que estamos muy preocupados con la situación de España. Y no puede pasar un día más sin que nos sentemos a hablar, y no nos levantemos de nuestras sillas hasta consensuar las bases y el tempo para un nuevo espacio político, una alternativa que debe girar en torno a dos ejes fundamentales: la defensa innegociable de la unidad territorial de España y el firme compromiso con los más desfavorecidos, es decir, una posición clara y sin andamiajes frente al neoliberalismo y al actual modelo económico y productivo que se nos impone desde la Unión Europea. Sé que es muy difícil llegar a acuerdos ente quienes partimos de referencias ideológicas tan diferentes, pero estamos obligados a ello. Eso es lo que hubiera hecho, ante una situación así, ese extraordinario pensador y político español llamado José Antonio Primo de Rivera ¿Seremos capaces? Esa es nuestra responsabilidad ante nuestro pueblo y ante la historia.

miércoles, 4 de mayo de 2016

'De los nuestros, de toda la vida'.


(Josele Sánchez)

'De los nuestros, de toda la vida'. Esta frase fue un salvoconducto, un aval para la supervivencia en los años previos y posteriores a nuestra última Guerra Civil. Con ella unos salvaban a otros cuando venían los comisarios políticos a pedir a los mandatarios locales la lista de señalados en los pueblos de España
Sin informática y con los archivos parroquiales mitad quemados mitad destruidos, se rompían partidas bautismales para acreditar un ateísmo militante o se construían matrimonios que no pasaron del noviazgo para garantizar una pensión mínima a una joven viuda o a mujeres que parieron póstumamente hijos putativos. Aunque ahora sólo parezca que España es un país en continua revancha de los herederos ideológicos de los vencidos contra los 'otros', en verdad hubo otra guerra civil en la que cupo la protección mutua; el salvarse los unos a los otros con exacta reciprocidad cuando la suerte cambió de lado. 
Esta es, en buena medida, la Guerra Civil que dibuja 'La consagración de la primavera', la novela que acaba de publicar Josele Sánchez en Editorial Esparta.


Es así como dando un quiebro a la habitual novela histórica guerracivilista hipotecada con delatores, mezquinos, héroes cuestionables y arquetipos de buenos y malos completamente previsibles sin el derecho al desarrollo de los personajes conforme lo hace la novela. Es así como la novela de Josele Sánchez pone a la lealtad en el centro de una trama con magníficos pulsos de acción que se teje sobre el bastidor general de la música y la conocida pieza musical de Igor Stravinsky.
Si puede sostenerse que sin el odio en la trama no se entiende la novela histórica guerracivilista  convencional española, hay que afirmar que éste no tiene cabida alguna en la obra de Sánchez en la que sí hay un espacio para protagonistas corales habitualmente proscritos como José Antonio Primo de Rivera. Una aparición que se inscribe en la línea de Juan Manuel de Prada ('Las máscaras del héroe' y 'Me hallará la muerte'), Eduardo Mendoza ('Riña de Gatos'), Ignacio del Valle (trilogía del Teniente Andrade llevada al cine en 'Silencio en la Nieve') o Javier Compás ('La playa de los alemanes'). 

Es indudable que junto a quienes mentían ante los comisarios políticos ávidos de fusilables con el este es 'de los nuestros, de toda la vida', también hubo delatores que excavaban con su lengua tumbas en cunetas, ensanchaban las checas o engordaban los expedientes de depuración. La Historia de la Humanidad es un larguísimo relato de pequeños héroes y villanos, pero no de arquetipos sectarios de unos y otros como llenan la casi totalidad de la novela guerracivilista. 'La consagración de la primavera' es una muy buena excepción.


viernes, 8 de abril de 2016

‘La Consagración de la Primavera’, nueva novela del escritor y periodista Josele Sánchez

Ediciones Esparta publica la nueva novela del polémico escritor Josele Sánchez, La Consagración de la Primavera es el título de la nueva obra del autor de la controvertida novela, Con la piel de cordero, obra que ponía al descubierto toda la miseria moral del líder comunista Santiago Carrillo.
La nueva obra de Sánchez se desarrolla durante la Segunda República, la Guerra Civil y los primeros años del franquismo, ambientándose en París, Valencia y la población de Bullón (Buñol) en aquellos convulsos años del siglo XX español.
Josele Sánchez, gran melómano, tiñe su prosa de notas musicales, según el autor, la música clásica tiene un ante y un después de la obra La Consagración de la Primavera de Igor Stravinsky, a quien se homenajea en las páginas de este libro.
Como en muchos de los escritos del autor, aparecen la Falange Española y José Antonio Primo de Rivera, actores importantes en los años de la España que aparece en el libro, donde la narración pasa tanto por el asesinato de Primo de Rivera como en la oposición del falangismo al régimen del General Franco.

http://www.edicionesesparta.es/2016/03/la-consagracion-de-la-primavera_15.html

LA SALA JAPONESA Y OTROS RELATOS. La nueva obra de Javier Compás.

Ocultos a los ojos del mundo, dos amantes se persiguen, buscan y encuentran entre las columnatas, aspidistras y el rumor del agua en las fuentes de un palacio del siglo XVI. La sala japonesa, en lo más recóndito del palacio, es testigo mudo de su mayor secreto.
 La Sala Japonesa y otros relatos recoge una serie de narraciones breves que parten de la observación de la sociedad sureña, con sus aromas, rincones, sabores y personajes característicos, para adentrarse en ocasiones en la ensoñación fantástica, lo sobrenatural y la sorpresa.


(Tomado de http://www.anantescultural.net/)